miércoles, 13 de mayo de 2015

Nuestra forma de alimentarnos



Nuestra forma de alimentarnos es más emocional. Obedeciendo a nuestros recuerdos
de infancia  en relación con nuestros padres y amigos.
  Pero nosotros somos “ahora” no “ayer” y nuestras necesidades al alimentarnos mental,
emocional y física en nuestra vida, son diferentes.
   En la medida que seamos conscientes podemos encontrar nuevas posibilidades en nuestra forma de preparar y elegir los alimentos acercándonos más a nosotros mismos.
   Cuando organizamos nuestra alimentación sabiendo distinguir los alimentos que nos benefician más y que nos ayudan a llevar nuestra vida mejor y con salud.
  Un tipo de dieta saludable debería hacernos sentir bien con nosotros mismos, no tendría que hacernos adquirir sobre peso, o enfermar, pues cuando esto ocurre algo no funciona bien. No podemos estar cambiando de forma de comer, pues a nuestro organismo no le hace ningún bien, ¡hoy te amo, pero mañana tal vez no!
   Por ejemplo los alimentos integrales son más nutritivos que los alimentos refinados porque aportan a nuestro cuerpo y mente los nutrientes que básicamente necesita cubrir a diario; lo refinado es más cómodo también más barato, pero nos alimenta poco y nos sustrae nutrientes que necesitamos para sentirnos mejor física, mental y emocionalmente.  
   Todo lo refinado acidifica nuestro cuerpo y lo va progresivamente intoxicando en conjunto con un medio ambiente de contaminación de toda regla…, y nuestro cuerpo se las tiene que ingeniar para que le afecte lo menos posible.
    No se trata de realizar un cambio brusco en la forma de comer y de vivir sino de ir integrando en nuestros hábitos aquello que nos puede traer más equilibrio a nuestras vidas y crear ese cambio que empieza por nosotros y se expande por el planeta y más allá…








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