martes, 16 de diciembre de 2014
Las flores del Dr.Edward Bach
Conocida también con el nombre de “floriterapia", la terapia de las flores del Dr. Edward Bach tuvo su origen en las primeras décadas de este siglo xx, en Inglaterra. Basada en el supuesto de que las enfermedades tienen su origen en un estado de animo negativo.
Vivimos en una época en la que casi todo tiende a hacernos extraños a nosotros mismos: los ritmos de vida y de trabajo son cada vez más apresurados, pero ante todo el excesivo valor atribuido por la sociedad a lo que somos por fuera con respecto a lo que llevamos dentro.
Distancia todavia más grande es la que existe en las relaciones con nuestro cuerpo, que tratamos de plasmarlo a nuestro gusto con dietas y gimnasias, e ignoramos, no obstante, los ritmos biológicos de nuestra naturaleza.
En este abuso de nosotros mismos los más castigados son los sentimientos, que quedan siempre al margen, lo más lejos posible de nuestra conciencia y de nuestro comportamiento.
Este estado de cosas, no puede mantenerse por mucho tiempo... Antes o después, nuestro cuerpo se rebelará. A esta rebelión se la denomina “síntoma". Sea fisico, sea psíquico, el síntoma es un mensaje que habla de nosotros... a nosotros mismos. Nos dice que algo no marcha, que estamos equivocándonos, que nos estamos perjudicando.
Por toda respuesta, tratamos de acallarlo. Para sofocar las señales de alarma, nos rellenamos de medicinas. Gran parte de la medicina actual funciona así: concentrando la atención exclusivamente hacia el síntoma. Muchos recientes descubrimientos científicos han demostrado en cambio que, de una u otra forma, la enfermedad es la expresión de un profundo malestar que abarca a toda la persona, bien de forma fisica o psíquica. Por lo que éste es el objetivo de la floriterapia.
Desde muy joven, Edward Bach intuyó que cada individuo es en sí un micromundo y que consecuen- mente, no puede ser curado con métodos estandarizados. Teorizó, pues, que del enfermo hay que sanar ante todo la psique, porque todas las patologías tienen su origen en un estado de ánimo negativo que mina el equilibrio corporal, destruyendo su armonía.
Las flores, aliadas de la salud: Pero si el objetivo es la armonía, no es posible curar agrediendo al cuerpo con los fármacos. Hace falta, en cambio, una terapia que no sea violenta, que utilice los poderes de armonía de la naturaleza.
Bach descubrió que existen “flores amigas” con vibraciones especiales y un particular poder terapéutico. Fue sensible en su forma de sanar, basada en la fuerza de la naturaleza en su esencia energética. En la actualidad, los remedios de Bach figuran entre los métodos de curación que, en 1983, la Organización Mundial de la Salud reconoció y recomendó. El mismo Bach afirmó que su terapia no puede ofrecer respuesta a todos los problemas, pero sí puede ayudar a resolver muchos achaques del cuerpo, y sobre todo de la psique.
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