jueves, 27 de noviembre de 2014

La tensión arterial


La tensión arterial no nace como una enfermedad en sí misma, es el resultado de nuestra
forma de pensar y actuar de años de conflictos, insatisfacción, preocupaciones y
programaciones etc.
   La tensión arterial son esos pensamientos vividos aceptados como parte de nuestra vida
normal, como la de otras personas.
   La tensión arterial es un condicionamiento que ni siquiera somos conscientes, pero forma
parte de nuestro carácter personal de cómo nos aceptamos y afrontamos nuestras
necesidades personales.
  Tensión arterial para vivir con nosotros como un mal manifiesto y característico aunque se
 piensa en las nuevas sociedades, pero seguramente siempre ha existido; lo que
seguramente no existía son los medios tecnológicos para detectar la hipertensión arterial.
   La tensión arterial no es un castigo, en algunos casos es una necesidad que debemos
dejar de llevar con nosotros, pues seguramente nos puede traer problemas al invitarla
a somatizarse en nuestro  cuerpo.
   La forma de liberarse de la tensión arterial, es empezando a conocernos, amándonos,
mimándonos, aceptándonos tal y como somos y haciéndose amigo de uno mismo y con
esta amistad podremos experimentar armonía, paz, e integración en nuestro espacio vital,
para más tarde compartirlo con los demás.
  Como consecuencia, la tensión que generaba nuestra actitud en manifestación con la vida,
 seguramente se relaje y también la tensión arterial.
   Hasta llegar a conocernos mejor, podemos practicar meditación, yoga,paseos largos,
comunicación de nuestro interior, aprender a escuchara a los demás, y prestar atención a la 
vida que nos rodea, tomarnos algún tiempo de soledad con la naturaleza.
   Alimentarse adecuadamente buscando productos naturales de temporada como verduras,
 cereales, frutas, abandonar alimentos acidificantes, como carnes sobre todo rojas,
 productos refinados, me refiero al azúcar, pastas, arroz o cereales refinados,
cambiándolos por integrales con fibra, para que el intestino no cree depósitos tóxicos,
y podamos ir con facilidad al baño. Menos alcohol por no decir nada, para que el hígado
no se resienta, y nada de tabaco, tomando de cuando en cuando un antiácido como el
bicarbonato sódico pero sin pasarse.
  Todas estas medidas nos van acercando a conocernos más, con una mejor amistad en
nosotros mismos, sin odios  ni reproches, ni evasiones deteléfonos móviles, somos
nuestra realidad que es la nuestra y no la del otro, que ya tiene la suya.


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