martes, 11 de noviembre de 2014

Soy corredor de footing


   Soy corredor de footing, desde hace casi cinco años, me inicié corriendo 10 minutos y pesando 108kg, la tensión arterial alta, 15max. 9 min. Con una alimentación como se dice popularmente normal. Al principio entrenaba con cualquier prenda, camiseta, chándal,  zapatillas; en dos meses fui cambiando de vestuario y zapatillas, con algunas lesiones en los gemelos, tirones muy dolorosos que me dejaban sin poder correr durante  una semana y un poco más; después me iba incorporaba a mi debut como corredor.
    Empezar a entrenar me hizo encontrar alivio en la  movilidad, también había perdido algo de peso, y la tensión arterial había bajado del 15 al 14 y 13, máxima;  manteniendo el 9 de minima, pero había más que yo no era consciente, me refiero, a que estaba pasando por un mal momento de agobio emocional, con la enfermedad de mi padre, hacia su final.
  Al cabo de un año  y dos meses había cambiado de aspecto, la gente me encontraba más joven, había aprendido a realizar estiramientos antes de entrenar, llevaba ropa apropiada para correr, había perdido unos diecisiete kilos, podía entrenar  hasta una hora. Me encontraba más calmado y estable, con el  fallecimiento de mi padre por aquel tiempo.
    Realmente no empecé a correr por nada en concreto, fue una necesidad interna sin tener muy claro el porqué; cuando entrenaba me daba cuenta que necesitaba comer alimentos que cubrieran más mis necesidades, que comer por comer, y según el tipo de alimentos, era capaz de correr con más esfuerzo o  más ligero. Esto me hizo ir variando la cantidad de comida y la calidad de la misma, hasta conseguir una dieta casi vegetariana con más zumos naturales, licuados por mí, con zumos de zanahoria, manzana y zumos biológicos comprados en herbolarios, de arándanos, manzana y piña, tomando alguna cerveza sin alcohol los fines de semana.
   Cuando entreno  algunos días puedo sentir dolor, las piernas pesadas o la respiración  más fatigada, compruebo lo que pensaba antes de la carrera y lo que estoy viviendo en el entrenamiento del día, a veces necesitas autoengañarte en el esfuerzo de entrenar  pues notas que no puedes seguir el ritmo.
Pero continuar es un gran reto, una necesidad que nace de dentro de ti, es una fuerza que aprendes a conocer en cada momento de la carrera.


Sigo corriendo después de casi cinco años con un ritmo marcado por mi propio cuerpo, puedo entrenar hasta una hora y media. En la actualidad entreno con tiempos mucho más cortos de 25,30,55 minutos, en días diferentes y cada dos semanas, puedo correr hasta 1.15h o 1.30h más o menos.
    Antes de las carreras más fuertes me preparo una media hora antes un batido en el que pongo: dos cucharadas soperas de avena integral, una cucharada de sésamo en polvo, cucharadita de polen, cucharadita de semillas de lino en polvo, y cucharada sopera de miel, con medio vaso de leche de avena o de almendras.
El entrenamiento se vuelve más ligero, noto que puedo aguantar más, la respiración es menos fatigosa, se vuelve rítmica sin fatiga.
   Mi alimentación es vegetariana sin leche de vaca, ni ningún tipo de carne, la proteína
 es vegetal y algo de queso blanco de cabra, huevos algunos días con una yema y dos claras, alguna semana, como algún lenguado a la plancha no siempre.
   Cuando tenia 21 años tuve el placer de ser vegetariano, no comía ni carne ni pescado, si bebía leche de baca y sus derivados, como el yogur natural, el Kéfir, que actualmente
también tomo, menos leche de vaca, tengo que decir que tuve que ir aprendiendo por mi cuenta cometiendo muchos errores, con la alimentación vegetariana.
   El vegetariano como el que sigue la alimentación vegana, debe conocer perfectamente lo que come, y la necesidad real de alimentarse lo mejor posible para no sufrir carencias. Algunas personas  necesitan llegar progresivamente, adaptándose sin esfuerzo y comprobando como nos sentimos física y emocionalmente, tenemos que ir adaptándonos con flexibilidad y sin fanatismos de ninguna clase, pues todo en la vida sigue un proceso de matices.
   Tengo que decir que con una dieta adecuada en su mayor parte vegetariana, más deporte, me ha ayudado a bajar peso, sentirme más optimista y ligero al andar, he bajado la tensión arterial del 15/9 al 12/8, todo lo que nos hace sentir bien cuesta de conseguir pero se puede, es parte de nuestra vida.

 


    

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