jueves, 27 de noviembre de 2014

Yo empecé a fumar muy joven



Yo empecé a fumar siendo muy joven en una sociedad muy machista en
los años setenta en España.
    En aquella época fumaban hasta los perritos y gatos que pasaban por la
calle, y si eras hombre o estabas en proyecto de serlo, formaba parte de tu
imagen futura en tu vida. 
   Siendo muy crío, recuerdo, que le cogía  a mi padre un cigarrillo de aquella
marca legendaria de cigarrillos “celtas largos sin filtro” y lo guardaba  en algún 
sitio, para fumarlo con otros amigos debutantes a ser hombres del mañana.
    Y nos íbamos a zonas apartadas a la salida del colegio, para fumarnos 
nuestros cigarrillos; de aquello a pasado mucho tiempo, y he tenido tiempo de 
fumar algunos largos años y de sufrir bronquitis, constipados mayúsculos, y 
gripes no recomendablesa a nadie.
    Fumar, forma parte de una imagen que hemos aceptado para expresar una
forma de ser, y de comportarnos en sociedad, con una adicción embarazosa para 
uno mismo,sin saber muy bien como prescindir algún tiempo de dicha necesidad, 
con un reproche personal no convincente, pero necesario para  uno mismo. Después
 del tiempo y del espacio, he aprendido a ser más yo mismo, y apreciar más donde 
está la libertad, que según que persona, tal vez sea necesario el camino andado, 
quizás todo lo veamos de diferente forma más tarde, al reconocer la lluvia sobre el tejado.
    Una forma de poder dejar de fumar, es  la búsqueda de las causas por las que uno
fuma, y reconocer que no te satisface fumar, y que tienes ganas de experimentar en tu
 vida nuevas sensaciones, nuevos aromas, y una forma distinta de relación con tigo y
 con los demás.
    Y partiendo de ahí, empezamos una nueva experiencia, de la que eres partícipe en tu vida.
    No deberíamos esconder el tabaco, si  llevarlo encima, en el bolso, en el bolsillo, en el coche, donde tu quieras, pero llevarlo, no lo escondas, es parte de tu vida, pero ya no le necesitas.
   Podemos empezar a realizar cosas que antes no hacíamos, visitar a conocidos que antes no visitabas, porque no te encontrabas agusto, tal vez, porque ellos no fumaban y los tenías un poco de lado.
  Practicar algún deporte, como caminar, bailar, y cambiar de dieta, por otra más saludable, pero lo más importante de todo, es saber que ya lo has conseguido, que ya no necesitas a ese compañero de viaje.
   No deberías volver a probar ni despedirte de el tabaco, el se marchará si tú no le necesitas, todo depende de ti, no de él, ni de  los demás, tu eres quien creas  tu vida, y sabes cuando algo ha llegado a su fin.
   
 Gracias, por escucharte
   
   


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