La úlcera de estómago puede ser la consecuencia de
preocupaciones con relación con una situación familiar o profesional
perturbada. Los nervios emotivos son muy vulnerables. La angustia o el rechazo
produce en ellos una hipersecreción gástrica ácida
Y un aumento de la tensión arterial. La repetición de las
contrariedades hace que los trastornos sean constantes, que evolucionen hacia
desordenes somáticos. De este modo,
el trastorno no psíquico se convierte en funcional y luego
en lesional.
Hay pocos órganos tan sensibles como el estómago. El menor choque
emotivo perturba el apetito y la digestión. La contracción del estómago bajo el
efecto de ciertas emociones se traduce casi siempre en la sensación de “un peso
en el estómago”, llegando a dolores fulgurantes que hacen pensar en la úlcera.
Por lo demás no es seguro que la úlcera de estómago sea dolorosa por sí misma.
Muchos dolores ca-
lificados de “ulcerosos” se deben
a la crispación muscular.
Los mismos espasmos se producen en el intestino, particularmente en el
colon (intestino grueso) si el dolor aparece en la parte del colon ascendente,
es decir, a nivel de la parte superior derecha del abdomen, recuerdan mucho al
de los cólicos hepáticos,
haciendo creer en la presencia de cálculos
biliares. El dolor puede sentirse también en parte inferior abdominal y simular
la apendicitis aguda.
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